Orígenes de la atribución en psicología
Ahora bien refiriéndonos a la atribución de causalidad que realizan los
individuos en la vida cotidiana encontramos el trabajo de Fritz Heider (1944;
1958) que fue el que desencadenó el interés por el estudio del fenómeno de la
atribución. En su libro clásico La psicología de las relaciones interpersonales
(1958), Heider afirma que tenemos la necesidad de atribuir causas a los
fenómenos que observamos. Al hacerlo, satisfacemos nuestra necesidad de vivir
en un mundo relativamente estable y previsible. (Cit. Por: Rodríguez, Assmar y
Jablonski, 2004:78).
Por otro lado desde el punto de vista de la sociología vale la pena
destacar las tempranas aportaciones de Burke, quien se interesaba en la
atribución de motivos y la estudio en forma de sentencias judiciales, poesía,
ficción, tratados políticos y científicos, noticias, chismorreos. Utilizó cinco
términos clave para su teoría: el acto (lo que tenía lugar); la escena (la
situación de fondo); el agente (la persona o clases de personas que la
realizaban); el mediador (los medios aplicados) y los propósitos (por qué tenía
lugar). Burke contrastó dos posibles explicaciones de la acción, una centrada
en las disposiciones de un agente (la relación escena-agente) y la otra en el
factor situacional (la relación escena-acto). Esta distinción nos da luces para
comprender entre atribuciones personales y situacionales, que es el eje de la
teoría de la atribución.
El equivalente desde el punto de vista de la psicología sería la
diferenciación entre la causalidad personal y la causalidad impersonal de
Heider (1958). La primera de ellas se refiere a cuando percibimos una acción
como derivada en gran parte de las fuerzas personales; la causalidad impersonal
se da cuando atribuimos que la acción proviene de fuerzas externas, es decir,
que percibimos la acción como derivada de fuerzas ambientales.
Kelly (principio de covarición)
Una importante aportación al desarrollo de las teorías de la atribución
durante la década de los 70 fue el modelo propuesto por Harold Kelley, cuya
primera versión apareció en 1967. Partiendo de algunas ideas de Heider, Kelley
elaboró una explicación del proceso de atribución basada en el principio de
covariación. Según Kelly un efecto es atribuido a la causa con la cual covaría.
Es decir, un efecto será atribuido a una determinada causa cuando varían
conjuntamente a lo largo del tiempo.
Atribución de éxito o fracaso
Se fueron añadiendo durante los años 70 y 80 algunas propuestas
teóricas, cuya principal contribución fue la de incluir en la investigación
sobre atribuciones una reflexión sobre las funciones motivacionales y afectivas
que éstas cumplen.
El antecedente lo encontramos en la obra de Heider (1958) quien había
dedicado una especial atención al análisis de las explicaciones causales que
siguen al éxito o fracaso en la resolución de tareas. Aunque la dimensión
fundamental que Heider había utilizado en su análisis era la distinción entre
causas internas y causas externas, también había esbozado la idea de que las
causas utilizadas para explicar el comportamiento diferían en el grado de
estabilidad, y que ésta era una dimensión central cuando la persona trataba de
explicar el logro personal.
Weiner (1972, 1986), ampliando la idea de Heider, sitúa el análisis de
los procesos de atribución causal en el contexto de la motivación para el
logro, y propuso tres dimensiones para clasificar las atribuciones:
- La localización
(locus) de las causas, que nos permite distinguir entre causas internas y
externas;
- La estabilidad, que
hace referencia a la permanencia de las causas a lo largo del tiempo y nos
permite distinguir entre causas estables e inestables; y
- La controlabilidad,
que se refiere al grado de control que la persona puede ejercer sobre los
factores que han provocado su comportamiento.
La idea central en el modelo de Weiner es que el tipo de factores que la
persona utiliza para explicar el éxito o el fracaso ejerce una gran influencia
en la motivación y tiene importantes consecuencias motivacionales. La
atribución del éxito a una causa estable contribuirá a aumentar las
expectativas de éxito, mientras que si la misma causa estable se utiliza para
explicar el fracaso, las expectativas de logro en el futuro disminuirán.
Heider: la psicología ingenua de la acción
Afirma que el proceso de atribución comienza desde la observación de una
conducta y finaliza cuando el observador cree haber encontrado la causa que la
produjo. Empleamos los mismos procesos de atribución que en los sucesos
físicos, pero de forma más complicada y añadiendo alguno más. La combinación de
los siguientes factores nos da conocimiento de cómo se producen las
atribuciones.
Atribuir el comportamiento a factores
internos, personales
- Poder
- Motivación, esfuerzo.
- Intención, no realiza
el esfuerzo necesario.
- Exerción, no lo
intenta.
Atribuir el comportamiento a factores
externos o ambientales
- Factores no sociales:
- Dificultad de la tarea
- Azar, suerte
- Factores sociales,
ambientales
- Requerimiento y
órdenes de otros
- Intervención de
valores impuestos por otros.
Jones y Davis: teoría de las inferencias
correspondientes
Al atribuir intenciones de causalidad en el fondo lo que intentamos es
predecir conductas. Cuando inferimos una disposición o característica personal
del sujeto a partir de una conducta observada estamos realizando inferencias
correspondientes. Para ello se ha de cumplir: Intención. Se ha de percibir intencionalidad.
Evaluación de los efectos de la acción. Cuantos más efectos comunes haya entre una
actividad sustituida y por la que se ha sustituido habrá más facilidad para la
creación de inferencias correspondientes, especialmente cuando la primera
atribución que hago es interna (perezoso)
Expectativas sobre el sujeto que estamos evaluando. Cuanto mayor es
la desconfirmación de nuestros esquemas sobre una persona mayor es la
probabilidad de crear inferencias correspondientes.
Relevancia hedónica. Excepción de lo anterior. Independientemente de lo anterior, el
comportamiento se anula cuando al evaluarlo tiene influencia negativa o
positiva sobre nosotros. Esto hace aumentar la probabilidad de realizar
inferencias correspondientes.
Atribución social
La atribución ha sido
planteada para realizar explicaciones acerca de las maneras en que se juzga de
forma diferente a las personas, dependiendo de que significado se aplique a un
comportamiento dado. De modo específico determina si un comportamiento
observado fue causado ya sea interna o externamente. Los comportamientos
causados internamente son aquellos que se consideran que está bajo el control
de la propia persona, en cambio los comportamientos causados de forma externa
se consideran que son el resultado de causas externas.Atribución social.
Error de Atribución
Una conducta se puede
interpretar de formas completamente diferentes. (Morales et al., 1999). Por
otro lado, es probable que los juicios atributivos que hacemos, no existen
criterios firmes, por tanto Morales plantea llamarles sesgos.
- El primero es al que llama Echebarría “psicologización”, estudios mencionan acerca de la tendencia atributiva a disposiciones internas. (Jones & Harris, 1967). La “psicologización” se refiere a seguir haciendo juicios atributivos relativos a disposiciones internas, a pesar de tener información que demuestre lo contrario.
- El segundo habla, sobre el atribuir causas internas al éxito del grupo, y por otro lado, atribuir causas externas al grupo opuesto o rival, en caso de que tengan éxito.
Influencia social = proceso básico
en psicología social que recoge todos aquellos procesos en los que una persona
intenta influir en los comportamientos y actitudes de otros. Ésta incluye la
persuasión, la conformidad social, la aceptación social y la obediencia social:
- Persuasión o cambio de actitudes » técnica o proceso de influencia social mediante la cual se influye en el comportamiento de una persona, intentando modificar las actitudes para cambiar el comportamiento.
- Conformidad social » tipo de influencia social en la que los sujetos cambian sus actitudes y comportamientos para cumplir las normas grupales, es decir, para adaptarse al grupo.
- Aceptación social o aquiescencia (= consentimiento) » proceso de influencia social que implica una petición directa de una persona a otra consistiendo en aceptar lo que otra persona te pide.
- Obediencia social » tipo de influencia social en la que una persona obedece las órdenes directas de otra que, normalmente, tiene algún tipo de autoridad.
Error fundamental de atribución
Me gusta
hablar de los sesgos, las trampas mentales que todos tenemos en la cabeza.
Algunos son atajos, una forma de economizar energía para poder dedicarla a otra
cosa, una especie de “piloto automático” del pensamiento. Otros son engaños con
los que hemos sido educados. Lo fundamental es que todos ellos nos privan de
libertad, nos hacen equivocarnos al juzgar lo que ocurre a nuestro alrededor, y
al final, nos privan de una mejor experiencia.
¿Por qué me gusta hablar de ellos, si son tan
nocivos? Porque pienso que es profundamente revelador, y que es algo que todos
deberíamos conocer para ayudarnos a vivir con más calma y menos juicios de
valor. Así, ya hemos comentado en Psico•Salud los sesgos deretrospección y de
polarización grupal y hoy vamos a seguir con el error fundamental de
atribución.
Las consecuencias del sesgo fueron observadas por
primera vez en una investigación de Jones & Harris (1967).En el estudio, se
pedía al grupo de sujetos que leyera unos textos a favor o en contra de Fidel
Castro (¡en plena Guerra Fría!) escritos por estudiantes de ciencias políticas.
Se les informaba que no habían elegido libremente si hacerlo a favor o en
contra, sino que la elección había sido mediante azar. Luego se les pedía que
dijeran si el escritor era pro o anti-Castro. En vez de considerar los factores
de contexto (los estudiantes habían escrito lo que se les había pedido, no lo
que pensaban) una mayoría aplastante etiquetaba a los escritores de textos a
favor como procastristas, y de los textos en contra como anticastristas.
Dicho de otra forma: cuando otra persona emite
algún tipo de conducta, el observador la juzga aludiendo a razones internas. Es
decir, si veo que alguien se salta un semáforo pienso que es un incívico,
alguien irrespetuoso con las normas de circulación. Lo normal es infravalorar
el contexto de la persona y sacar conclusiones sobre su personalidad.
Por otra parte se da el sesgo actor-observador: Si
yo me salto un semáforo conduciendo siempre aludiré a causas externas: mi mujer
está de parto y tengo que llegar rápido al hospital, llego tarde al trabajo y
no había nadie cruzando… Justo todo lo contrario, siempre hay una explicación y
nunca tiene que ver con mi forma de ser.
Así, la comunicación, que de por sí es difícil
(fallan las palabras, falla el entendimiento, falla la cobertura del teléfono…)
se complica más aún, porque a cada cosa que hagan los demás sacaré conclusiones
sobre su forma de ser que luego no me ayudarán a conocerlo. Se generarán
prejuicios, visiones sesgadas y a partir de ahora tendré unas gafas que me
mostrarán lo que yo pienso sobre esa persona, en vez de dejarme conocerla. Por
poner otro ejemplo, que todos hemos pensado: “Mi compañero que falta al trabajo
es un vago, y yo, cuando falto, estoy muy enfermo.” Ni siquiera le estamos
dando la libertad de enfermar a otra persona, sino que además le atribuimos una
característica de personalidad negativa.
¿Y cómo solventamos esto? Como siempre, con un poco
de humildad. No somos omniscientes, no lo sabemos todo sobre los demás, y tenemos
que evitar en la medida de posible los juicios. Entender que las otras personas
tienen las mismas vivencias que yo, los mismos derechos.
Javier Alemán González.